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El certificado Halal en la industria alimentaria

Para comprender mejor el significado y las implicaciones del certificado Halal, es importante conocer el concepto de Halal.

En este sentido, se trata de un concepto que abarca el conjunto de prácticas que están permitidas por la religión musulmana y, aunque este término engloba a todo tipo de prácticas, es comúnmente asociado a los alimentos aceptables según la Sharia (o ley islámica), siendo prácticas beneficiosas y saludables para las personas y que proporcionan menos riesgos para la salud y una mejora de la calidad de vida.

Como acabamos de comentar, los musulmanes de hoy entienden el término Halal como un estilo de vida, un concepto global e integral que influye y afecta a las cuestiones cotidianas, como la alimentación, la higiene, la sanidad, la economía, la moda, el comercio o el turismo. No obstante, el uso de la palabra Halal varía significativamente entre las diferentes comunidades islámicas.

En los países musulmanes, el término se usa para describir toda práctica permisible por la ley islámica, teniendo un significado más acotado al literal, traducible como «permisible». Ello incluye todo lo relacionado con el comportamiento, el lenguaje, la vestimenta, los modales y las leyes dietéticas.

Sin embargo, en los países donde no se habla árabe, el término se reduce en la mayoría de los casos a las leyes alimenticias islámicas, especialmente en cuanto a carne y aves se refiere, aunque también se usa en sentidos más generales.

Este concepto de Halal tiene una gran similitud con el término hebreo de Kosher.

Todo aquello que está prohibido, no permitido, es dañino o abusivo, se considera Haram, y según la normativa islámica podemos destacar:

  • La carne del animal hallado muerto.
  • La sangre.
  • La carne de cerdo y jabalí, así como sus derivados.
  • Los animales sacrificados sin la invocación del nombre de Dios.
  • Los animales carnívoros y carroñeros, así como las aves con garras.
  • El alcohol, las bebidas alcohólicas, las sustancias nocivas o venenosas y las plantas o bebidas tóxicas.
  • Ingredientes procedentes de animales o productos Haram, como la gelatina de cerdo.
  • Aditivos, conservantes, colorantes, aromas, etc., producidos a partir de ingredientes Haram.
  • El interés, la usura y la especulación abusiva.
  • Las apuestas en el juego.
  • La pornografía.

Halal en la industria alimentaria

Según Thomson Reuters report (2016), se estima que, en la industria de alimentación y bebidas, la evolución fue de 1,1 billones de dólares en 2015 a 1,9 billones de dólares en 2021.

Obtener la certificación Halal permite el acceso a más de 57 países emergentes y a más de 1.600 millones de potenciales clientes a nivel mundial, 44 millones en Europa, además de poder acceder a 2 millones de ciudadanos musulmanes y 2 millones de turistas musulmanes en España. Tener la certificación Halal también permite superar barreras de entrada a países donde la certificación es obligatoria para poder operar.

En términos generales y de acuerdo con lo comentado anteriormente, para considerar un alimento Halal es necesario que éste se ajuste a la normativa islámica que se recoge en el Corán, a las tradiciones del Profeta Muhammad (SWS), y a las enseñanzas de los juristas islámicos. Esto implica que los alimentos son aptos para ser consumidos con una total seguridad. En relación al sector de la industria alimentaria, estas son algunas de las condiciones más importantes:

  • El producto tiene que estar exento de cualquier sustancia o ingrediente prohibido.
  • Debe ser un producto elaborado usando los utensilios y maquinaria adecuada, que además no puede haber estado en contacto con una sustancia o producto prohibido durante el proceso de elaboración del producto. Tampoco durante su producción, procesado, almacenamiento y transporte.
  • Los animales que están permitidos tienen que ser sacrificados sin sufrimiento innecesario y cumpliendo las condiciones que están estipuladas.
  • Por lo general, los pescados se consideran Halal.
  • Están permitidos los conservantes, colorantes, aromas o aditivos que sean Halal.
  • En alimentación animal, los piensos de deben ser de origen vegetal.

 

Con relación a los requisitos de etiquetado de alimentos, se establecen algunos requisitos adicionales:

  • Cuando se haga una declaración de que el alimento es Halal, en la etiqueta deberá figurar la palabra Halal u otros términos equivalentes.
  • Con arreglo al Proyecto de Revisión de las Directrices Generales del Codex sobre Declaraciones de Propiedades, las declaraciones de propiedades Halal no deberán utilizarse de modo que puedan originar dudas en cuando a la seguridad de otros alimentos análogos, o en declaraciones de propiedades que den a entender que los alimentos Halal son, desde el punto de vista nutricional, superiores o más saludables que otros alimentos.

 

La Comisión del Codex Alimentarius admite que puede haber ligeras diferencias de opinión en la interpretación de lo que son animales lícitos e ilícitos y del sacrificio según las distintas escuelas islámicas de pensamiento. Por tanto, estas directrices generales están sujetas a la interpretación de las autoridades competentes de los países importadores. No obstante, los certificados otorgados por las autoridades religiosas del país exportador deberán ser aceptados en principio por el país importador, salvo cuando este último justifique otros requisitos específicos.

La certificación Halal

Se trata del documento emitido por la autoridad musulmana del país exportador en el que queda certificado que un determinado producto agroalimentario o farmacéutico cumple los requisitos exigidos por la Ley Islámica para su consumo por la población musulmana.

El Instituto Halal es uno de los organismos que gestionan la certificación Halal, y para obtener dicha certificación es necesario cumplir los siguientes requisitos:

  • No incluir ni contener en su composición nada que sea considerado ilícito con arreglo a la ley islámica.
  • Los alimentos deben ser preparados, elaborados, transportados o almacenados, utilizando aparatos o medios que estén exentos de aquello que sea ilícito según la ley islámica.
  • No haber estado en contacto directo con otros alimentos que no satisfagan los requisitos anteriores.

 

El procedimiento para la obtención de la certificación comprende la realización de auditorías en las empresas, mediante la evaluación documental de los sistemas de calidad y de producción de las empresas, mediante la evaluación de ensayos de muestras tomadas en fábrica y de los productos finales. Al mismo tiempo se evalúa el personal implicado en los diversos pasos de la producción como los matarifes, operarios de despiece, elaboración, distribución etc.

El proceso de certificación en el Instituto Halal consta de las siguientes fases:

  • Solicitud de la certificación.
  • Revisión de la documentación.
  • Auditoría certificación fase 1 (corrección de hallazgos críticos).
  • Auditoría certificación fase 2 (corrección de hallazgos críticos).
  • Evaluación y dictamen.
  • Emisión de certificación inicial.
  • Auditoría renovación anual.
  • Emisión certificado anual.

 

Las condiciones de la certificación exigen:

  • Cumplir con el Reglamento de Uso de la MGHJI.
  • Cumplir por parte de la empresa con las declaraciones obligatorias de producción y ventas de productos Halal en forma y frecuencia requerida por EGCH. S.L.
  • Cumplir con las exigencias formativas.
  • Cumplir con las exigencias de la Marca de Garantía Halal de Junta Islámica.

Organismos de certificación halal y normas internacionales

La globalización de los mercados halal ha llevado al establecimiento de múltiples normas y organismos de certificación halal en todo el mundo, cada uno de ellos desarrollado de acuerdo con los contextos nacionales, las interpretaciones religiosas y las necesidades de la industria.

Algunas de las organizaciones de certificación halal más reconocidas son JAKIM (Malasia), MUIS (Singapur), MUI (Indonesia), ESMA (EAU) y AHF (EE. UU.). Cada una de estas autoridades ha desarrollado sus propios procedimientos de certificación, que reflejan interpretaciones específicas y marcos normativos nacionales.

Estas diferencias han dado lugar a normas diversas en cuestiones fundamentales como la aceptabilidad del aturdimiento antes del sacrificio, el uso de determinadas enzimas o disolventes a base de alcohol en la transformación e incluso el reconocimiento de otros organismos de certificación. Como resultado, la certificación halal no es universalmente intercambiable: un producto certificado en un país puede no ser aceptado automáticamente como halal en otro.

A pesar de estas discrepancias, se han realizado esfuerzos para promover el reconocimiento mutuo y la armonización. Foros regionales e internacionales, como la Organización de Cooperación Islámica (OCI) y el Instituto de Normas y Metrología para los Países Islámicos (SMIIC), han trabajado para estandarizar los requisitos halal y establecer sistemas de acreditación. Sin embargo, la adopción de estos marcos unificados no es global, y la mayoría de los países siguen aplicando sus normas nacionales.

Si bien la certificación halal da garantías a los consumidores musulmanes, la falta de armonización pone de relieve la necesidad de una mayor coordinación. Para los productores y exportadores, es esencial comprender los requisitos específicos de los mercados de destino para garantizar el cumplimiento y el acceso al mercado. En este contexto, la integración de los principios halal con la calidad, la seguridad y la transparencia se convierte en un elemento estratégico para fomentar la confianza y la competitividad a nivel mundial.

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