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Los aditivos alimentarios utilizados por la industria

Los aditivos alimentarios son sustancias que se añaden de manera intencionada a los alimentos y bebidas con el fin de modificar o estabilizar sus características organolépticas, para estabilizar propiedades físicas, para prolongar su vida útil o para corregir sus componentes. A pesar de que algunos aditivos si aportan valor nutritivo, estos no se utilizan con el objetivo de aumentar el valor nutricional del alimento al que se añaden.

Históricamente se han incluido aditivos en los alimentos, principalmente durante el siglo XIX y XX con la llegada de la ciencia de los alimentos, disciplina que aúna biología, química, física e ingeniería para estudiar la naturaleza de los alimentos. También se conoce a los aditivos por sus números E, los cuales son códigos que se han asignado a los aditivos alimentarios y suelen aparecer especificados en las etiquetas de los productos, principalmente en la Unión Europea, aunque debido a su masificación también son utilizados en otras jurisdicciones.

Fue la Comisión del Codex Alimentarius en 1989 quien adoptó el Sistema Internacional de Numeración de Aditivos Alimentarios (Números E) con el objetivo de establecer un sistema numérico internacional de identificación en las listas de ingredientes que funcione como alternativa a la declaración del nombre específico. Muchas veces, los nombres de los aditivos suelen ser demasiado largos, diferentes en diversos idiomas y de naturaleza química compleja, razones por la que se estableció dicho sistema de codificación, el cual puede utilizarse de manera independiente o junto al nombre químico del aditivo. Por ejemplo, cuando en un producto se utilizan Mezclas de Tocoferoles, estos pueden declararse en la etiqueta como “E-306”, “Antioxidante E-306” o “Antioxidante: Extracto Rico en Tocoferoles”.

Tipos de aditivos alimentarios

Los principales tipos de aditivos utilizados en la industria alimentaria son:

  • Aromatizantes
  • Colorantes
  • Conservantes
  • Antioxidantes
  • Acidulantes
  • Edulcorantes
  • Espesantes
  • Derivados del almidón
  • Saborizantes
  • Emulsionantes

Estos tipos se agrupan en una clasificación general de aditivos según cuatro funcionalidades específicas. Además de la clasificación según su función tecnológica, los aditivos pueden clasificarse según su origen natural o sintético.

Los aditivos se emplean en la industria principalmente por motivos de seguridad alimentaria, es decir, para asegurar la seguridad y salubridad de los alimentos. Además, existen otros motivos por los que se utilizan este tipo de sustancias, como conservar o aumentar el valor nutricional, aumentar la estabilidad y prolongar la vida útil o facilitar el proceso de fabricación de los productos. Además, su uso es importante para proveer de alimentos a grupos de personas que tienen necesidades específicas, como en el caso de los diabéticos, los celíacos o personas que presentan ciertas alergias o intolerancias alimentarias.

Regulación de los aditivos alimentarios

EFSA

Para utilizar un tipo de aditivo alimentario es necesario que este esté autorizado. En el caso de la legislación europea, la autorización la realiza la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), agencia de la Unión Europea que tiene como principal objetivo la responsabilidad de valorar los riesgos y problemas que afecten a la Seguridad alimentaria en los estados miembros de la UE.

La EFSA se encarga también de realizar las evaluaciones pertinentes sobre la seguridad de nuevos aditivos, elabora informes sobre la inocuidad y revisa la información científica para determinar y/o modificar las condiciones de uso.

Todos los aditivos alimentarios deben cumplir con los criterios aprobados en las directivas de la legislación europea. Las principales normativas que tratan el tema de aditivos alimentarios son las siguientes:

  • Directiva marco (89/107/CEE), régimen general de Aditivos alimentarios autorizados.
  • Directiva específica (94/36/CE), relativa a los colorantes utilizados en los productos alimenticios.
  • Directiva específica (94/35/CE), relativa a los edulcorantes.
  • Directiva específica (95/2/CE), sobre aditivos distintos de los colorantes y edulcorantes autorizados.
  • Listas positivas de aditivos permitidos y sus condiciones de utilización.

CODEX

La normativa internacional de los alimentos que afecta también a los aditivos es el Codex Alimentarius, el cual tiene como objetivo garantizar la calidad y la inocuidad de los alimentos en cualquier lugar y a todas las personas. Pertenece a la Organización Mundial de la Salud y a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y busca contribuir mediante normas, códigos y directrices en las prácticas alimentarias internacionales.

Las normas del Codex sirven como recomendaciones base para la legislación nacional, aunque se traten meramente de sugerencias donde la aplicación por los miembros es facultativa. La información de esta institución es pública y gratuita y los miembros del Codex abarcan el 99% de la población mundial. El Codex es una referencia mundial en el sector alimentario tanto para productores, elaboradores y consumidores que operan dentro del comercio alimentario internacional.

En el ámbito de los aditivos, la principal norma publicada por esta entidad es la norma general STAN 192-1995.

También es importante seguirle la pista, los comunicados y publicaciones a la Organización Mundial de la Salud (OMS), al Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) y a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

FDA y FSIS

En Estados Unidos la regulación de los aditivos es a nivel federal, por lo que las agencias que tienen competencia en materia de aditivos es la Food and Drug Administration (FDA) y el Food Safety and Inspection Service (FSIS). Existen diferencias de definición a resaltar con respecto a la Unión Europea.

La primera es que se denomina aditivo directo a aquellos que son añadidos a los alimentos y aditivo indirecto a los embalajes que son susceptibles de desprender sustancias hacia los alimentos.  Además, la FDA permite el tratamiento de alimentos con irradiación para combatir bacterias, lo que legalmente se considera como aditivo.

Otra diferencia a tomar en cuenta si se trabaja con el mercado estadounidense es la forma de nombrar a los aditivos en el etiquetado de los productos, ya que no es válido el uso de los anteriormente mencionados Números E. Además, en EE.UU se permiten aditivos que no están autorizados en la UE y viceversa, y existen diferentes límites para el uso de ciertos aditivos.

Hay países en los que a ciertos alimentos no se les puede añadir aditivos durante su manufactura. Por ejemplo, en España se garantiza que la leche, la pasta, el yogurt natural, los huevos, los frutos secos, las semillas, el aceite de oliva o el café en polvo, entre otros, no lleven ningún tipo de aditivo.

Los aditivos alimentarios también se relacionan con otros sectores como la cosmética, la farmacéutica o la nutrición animal. Algunas de estas sustancias están siendo cada vez más demandadas debido al mayor conocimiento sobre los efectos en la salud de las personas y a los nuevos hábitos alimenticios de los consumidores.

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