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Función tecnológica y biológica de antioxidantes en nutrición animal

Debido a la tendencia actual de la formulación de dietas con ingredientes ricos en ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs), que son altamente susceptibles a la peroxidación lipídica, se ha aumentado el uso de antioxidantes en nutrición animal.

Un antioxidante es aquella sustancia que, cuando está presente en el alimento en una concentración inferior a la de la matriz oxidable, es significativamente capaz de interrumpir o evitar su oxidación, Halliwell y Gutteridge (1999).

Los antioxidantes se utilizan como aditivos para prolongar la vida útil de los piensos, premezclas y grasas animales, basándose en su efecto para prevenir la peroxidación lipídica y la rancidez oxidativa durante su producción, procesamiento y almacenamiento. 

Función tecnológica de los antioxidantes en nutrición animal

La oxidación de las grasas y aceites que componen el pienso provoca un notable descenso de su valor nutricional reduciendo la energía aportada al animal que los ingiere. De la misma manera, los piensos que han sufrido la oxidación de sus componentes contienen elevados niveles de radicales libres y peróxidos que pueden llegar a ser tóxicos para los animales.

Los antioxidantes contribuyen a mantener frescos y saludables los piensos, harinas, premixes y grasas animales, haciendo que se puedan conservar durante más tiempo ya que les protege del deterioro provocado por la oxidación, manteniendo intactas sus características sensoriales, impidiendo así su enranciamiento y decoloración.

El uso de antioxidantes en nutrición animal ayuda a conservar las cualidades sensoriales de los piensos y evita la destrucción de nutrientes esenciales tales como pigmentos, aminoácidos y vitaminas (Calabotta y Shermer, 1985).

Las empresas buscan continuamente nuevos antioxidantes que sean seguros para la salud, viables económicamente y, sobre todo, que no modifiquen las propiedades organolépticas. Además, deben ser efectivos a bajas temperaturas, liposolubles y resistentes a los tratamientos a los que se somete al pienso.

Función biológica de los antioxidantes en nutrición animal

Los antioxidantes tienen como misión evitar la oxidación de sustancias que puedan provocar alteraciones fisiológicas y desempeñar una función básica en la prevención de las enfermedades derivadas del estrés oxidativo.

En esencia, el estrés oxidativo es la condición deteriorante que resulta del desequilibrio entre la generación endógena de radicales libres y los sistemas biológicos de defensa antioxidante en el cuerpo (Halliwell y Gutteridge, 1999).

En situaciones de exceso de producción de radicales libres, existe una gran necesidad de una ingesta exógena de antioxidantes para prevenir posibles daños celulares. Los antioxidantes exógenos juegan un papel fundamental en el equilibrio entre la oxidación y la antioxidación. En la mayoría de las circunstancias, las dosis fisiológicas de antioxidantes ejercen efectos beneficiosos (Kawanishi et al., 2005, Bouayed y Bohn, 2010).

Los animales poseen un sistema biológico antioxidante para combatir los radicales libres que se producen continuamente como resultado de las actividades metabólicas propias. Sin embargo, hay un cierto límite a la protección que ofrece la barrera antioxidante endógena. Este límite se ve comprometido aún más por la presencia de factores que podrían provocar una producción excesiva de radicales libres y/o debilitar la eficacia del sistema biológico antioxidante, provocando así un estrés oxidativo. Algunos de estos factores son: el consumo de pienso con alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados, la ingesta de micotoxinas, metales pesados, fungicidas y plaguicidas, una nutrición deficiente y las infecciones patógenas.

Los antioxidantes son fundamentales para optimizar los rendimientos animales destinados a la producción ganadera, no solo para obtener un mayor rendimiento económico, sino también para aumentar la calidad de la producción (leche, carne, huevos…) y la seguridad del consumidor. A través de la nutrición encontramos una forma económica, práctica y eficaz de administrar antioxidantes a los animales (Sebastián, 2003).

Ciertos antioxidantes, como los Tocoferoles, además de proteger tecnológicamente los productos tienen un beneficio biológico al contener en su composición alfa tocoferol (Vitamina E). Los Tocoferoles están formados por una mezcla de 4 isómeros; alfa, beta, gamma y delta, y el porcentaje de cada uno de ellos varía en función del origen de dichos Tocoferoles.

Perfil de isómeros en Tocoferoles de Soja y Girasol:

 Isómeros Soja Girasol
Alfa Tocoferol Min 5% Min 65%
Beta + Gamma Tocoferol Min 60% Min 7%
Delta Tocoferol Min 18% Min 9%

Se ha comprobado que usar diferentes dosis de d-alfa tocoferol en la dieta de los rumiantes ha producido efectos positivos al reducir la incidencia de enfermedades (Huerta et al., 2005). Al suplementar con vitaminas antioxidantes a vacas lecheras, se han reducido los cuadros de infección por mastitis (Castro y Márquez, 2006).

La suplementación de vitamina E también ha mejorado la calidad de carne de los animales sacrificados, ya que se mantiene el color de la carne comparada con la de animales que no han sido suplementados, porque no hay una oxidación acelerada de la oximioglobina en metamioglobina, proteína que da las características organolépticas a la carne (Huerta et al., 2005).

Aunque el hecho de añadir antioxidantes en el procesamiento de alimentos es utilizado desde hace mucho tiempo, la suplementación de antioxidantes en la nutrición animal puede ser una estrategia más efectiva para mejorar la estabilidad oxidativa, las cualidades sensoriales y el contenido nutricional antioxidante de los productos animales, a la vez que más económica.

La ingesta de piensos a los que se les ha añadido antioxidantes retarda la formación de metamioglobina en la carne destinada a consumo humano y prolonga el periodo en que la superficie del músculo no muestra evidencias de decoloración.

Todos los antioxidantes que se usan en la UE se ensayan en laboratorios, uno a uno, con el fin de comprobar, antes de permitir su utilización, que no dañen la salud del animal. En la mayoría de los casos, una vez autorizados su uso se limita a cantidades específicas y a determinados alimentos. Las normas de la UE también exigen que todos los aditivos alimentarios (de los que los antioxidantes forman parte) figuren claramente en el etiquetado del producto.

 

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En resumen, los antioxidantes en nutrición animal son muy importantes en la conservación de los nutrientes esenciales y su mejor utilización por el animal. Además, la presencia de antioxidantes en nutrición animal aumenta el bienestar animal y mejora la calidad de los productos de origen animal.

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